LA CAJA DE LOS DESEOS


En una tienda de antigüedades, había una pequeña caja olvidada en lo alto del estantería. Llevaba allí años y años. Hasta que un día, haciendo limpieza, la caja cayó al suelo. El dueño de la tienda no recordaba haberla visto nunca. Le quitaron toda la suciedad que tenía y pudieron ver que en la tapa estaba escrita esta frase: " la caja de los deseos ".
La pusieron en el mostrador como curiosidad, para que los clientes que fueran a comprar algo, pidieran algún deseo. Entró un hombre a comprar una mesa antigua. Cuando iba a pagar, vio la caja, la abrió y pidió el deseo:
-Quiero un coche nuevo estacionado delante de esta tienda.
Pero, como es natural, no se cumplió su deseo. Otros clientes fueron entrando la tienda y cada cual pedía su deseo: que si tener un collar de perlas, o un reloj de oro, o ser los más ricos del mundo. También había quien pedía ser más guapo, o más alto, o no hacerse viejo nunca.
Y los deseos seguían sin cumplirse. Hasta que un día entró un mendigo pidiendo un vaso de agua. El dueño se lo dio amablemente.
Cuando se lo terminó, se quedó mirando aquella caja. Le dijo al dueño si podía pedir un deseo antes de marcharse. Y éste contestó:
-Pues claro que sí hombre. De todos los que han entrado aquí, tú eres el que más necesidad tienes. A ver si a ti te hace caso esta caja.
Entonces, el mendigo la abrió diciendo:
-Deseo un vaso de plata para el dueño de esta tienda.
Cerró la caja y se marchó. El dueño quedó muy sorprendido por aquel deseo. No era corriente desear cosas para los demás. Pero en fin, era un bonito detalle en agradecimiento por el vaso de agua ofrecido. Sin embargo, cuando abrió la caja de los deseos, vio asombrado que en su interior se encontraba un vaso de plata como nunca había visto. El deseo se había cumplido. Aquel mendigo le había dado las gracias de esa manera. La caja de los deseos había funcionado.

José Real Navarro

EL JOROBADO


Moisés Mendelssonhn, abuelo del conocido compositor alemán, distaba mucho de ser guapo y apuesto. Además de una estatura algo baja, tenía una grotesca joroba.

Un día visitó a un mercader de Hamburgo que tenía una hermosa hija llamada Frumtje. Moisés se enamoró perdidamente de ella, pero a ella le repelía su apariencia deforme. Cuando llegó el momento de despedirse, Moisés hizo acopio de su valor y subió las escaleras hasta donde estaba el cuarto de aquella hermosa joven, para tener la última oportunidad de hablar con ella.

Era tan hermosa, pero a Moisés le entristecía profundamente su negativa a mirarlo. Después de varios intentos de conversar con ella, le preguntó tímidamente: - ¿Crees que los matrimonios se crean en el cielo?,

- Sí, respondió ella, todavía mirando al suelo. ¿Y tú?

- Sí, lo creo, contestó. Verás: En el cielo, cada vez que un niño nace, el Señor anuncia con que niña se va a casar. Cuando yo nací, me fue señalada mi futura esposa. Entonces el Señor añadió: "Pero tu esposa será jorobada".

Justo en ese momento exclamé:

- "¡Oh, Señor, una mujer jorobada sería una tragedia, dame a mí la joroba y permite que ella sea hermosa!".

Entonces Frumtje levantó la mirada para contemplar los ojos de Moisés, pudo apreciar su belleza interior y un hondo recuerdo la conmovió. Alargó su mano y se la dio a Moisés. Tiempo después, ella se convirtió en su esposa.

LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS


Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.
El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subirlas se topó con una puerta semi-abierta; lentamente se adentro en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían mil perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo.
Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él.
Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para si mismo:
«¡Qué lugar tan agradable... voy a venir más seguido a visitarlo!»
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró en el mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva.

Posteriormente empezó a gruñir, obviamente vio como los mil perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó:

«¡Qué lugar tan horrible es éste... nunca más volveré a entrar allí!».
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: «La Casa de los mil Espejos».

Todos los rostros del mundo son espejos. Decide cuál rostro llevarás por dentro y ese será el que mostrarás. El reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás.

Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten con el corazón.

EL ECO


Por una montaña van un padre y un hijo caminando. De repente el hijo se cae, se lastima y grita: "aaaaaahhhhh!!!!!". Para su sorpresa oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "aaaaaahhhhh!!!!!".

Con curiosidad el niño grita: "Quién está ahí?". Recibe una respuesta:"Quién está ahí?".

Enojado con la respuesta, el niño grita: " Cobarde" y recibe como respuesta: " Cobarde".

El hijo mira al padre y le pregunta: "Qué sucede?". El padre, sonríe y le dice:"hijo mío, presta atención". Entonces el padre grita a la montaña: "Te admiro" y la voz le responde: "Te admiro". Grita: "Eres un campeón" y la voz le responde: "Eres un campeón".

El niño no entendía, pero el padre le explica: "La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida !!!!.... Te devuelve todo lo que dices y haces... Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones, si deseas más amor en el mundo crea amor a tu alrededor, si deseas felicidad da felicidad a los que te rodean... La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado".

Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa muy bien lo que estás dando.

¿QUIÉN QUIERE ESTE BILLETE?


Un conferenciante comenzó su intervención mostrando un billete de 100 dólares y preguntando:- ¿Quién quiere este billete ?

Se levantaron varias manos, pero el conferenciante dijo:- Antes de dárselo, debo hacer una cosa. Lo arrugó con furia, y volvió a decir:- ¿Quién sigue queriendo este billete?

Las manos seguían alzadas.- ¿Y si hiciera esto? Lo tiró contra la pared, lo dejó caer al suelo, lo maldijo, lo pisoteó y, una vez más, mostró el billete, ahora sucio y arrugado. Repitió la pregunta, y las manos siguieron levantadas.

- No olviden nunca esta escena, añadió. Haga lo que haga con este dinero, continúa siendo un billete de 100 dólares.

A menudo en la vida nos arrugan, nos pisan, nos maltratan, nos injurian; sin embargo, a pesar de ello, siempre seguimos valiendo lo mismo.

LA HISTORIA DEL LÁPIZ


El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto:
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo. Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de cada acción.