UNA ORACIÓN EXTRAÑA


En una ocasión, un Monje, que viajaba a pie, llegó al caer la noche en la casa de un campesino a quien le pidió para hospedarse. El agricultor ha acordado con él la casa y darle de comer con la condición de que pague por su hospitalidad con un Kito por el bienestar de su familia. (Un Kito es una ceremonia religiosa que se realiza generalmente para pedir un favor, para venerar a los muertos, etc ..) El religioso estuvo de acuerdo.

Cuando hubieron comido, la mujer cuidadosamente había limpiado la habitación de la casa, adornado el altar de la familia, en presencia de todos los miembros de la familia, el religioso comienza la ceremonia.

Comenzó a recitar el Monje y toda la familia siguió. Se acercó al altar e hizo la primera votación:

- Que se muera primero el abuelo!

La familia angustiada pensó que había oído mal.

El Monje volvió al altar, ofreció incienso y volvió a orar ...

- Que luego se muera el padre!

La mujer miró con horror a su marido. El beato continuó:

- Que después se muera el niño!

Y luego, después de inclinarse en tres ocasiones, llegó a la conclusión:

- Que por último se muera el nieto!

El agricultor, apenas sintió la ira y reprendió al religioso con los ojos llenos de lágrimas:

- ¿Qué has hecho, mal hombre? Asi me pagas mi hospitalidad? "yo deseo una serie de desgracias? No puedo entender!

Pero el Monje, imperturbable, respondió:

- Yo sólo pedí por su familia, la paz , la felicidad y que la muerte se produzca en el orden natural de las cosas. Prefieren morir primero el nieto y su abuelo al último? Sería la forma más segura de que su familia sea extinguida? Seguir el orden de la naturaleza, el orden cósmico: en primer lugar el abuelo, a continuación, el padre, luego su hijo y su nieto al final, es "Esto es una desgracia para su familia?

El agricultor al Monje le dió la mejor cama en la granja.

LA PUNTA DEL JAMÓN

Gustavo y María se acaban de casar. Están felices de haber decidido caminar juntos en el camino de la vida, se aman muy profundamente y tratan de demostrarlo en detalles diarios.


A Gustavo le encanta disfrutar de una buena comida y le da mucho placer cocinar a María. El plato favorito de Gustavo es el jamón al horno, pierna entera asada lentamente.

María, sabiendo esto, decide ir a la mejor receta posible para agasajar a su amante con su plato favorito. Recuerda muy bien que su madre cocina este plato y pide la receta. Recibe las instrucciones oportunas y se pone a trabajar.

Cuando María lleva el jamón a la mesa, Gustavo es consciente de un detalle y le hace una pregunta:

- "¿Por qué le has cortado la punta? es la parte que me gusta.!"

María piensa un momento y responde:

- "Bueno, mi madre me dio la receta y dijo que tenía que cortarle la punta al jamón para cocinarlo"

- "Qué extraño", respondió Gustavo. "Es precisamente la parte que me gusta y no entiendo por qué se lo has quitado."

Con esta pregunta en mente, los días de María después de que su madre le pregunta por qué hay que cortar la punta del jamón.
La madre piensa por un momento y sólo tiene una respuesta:

- "La abuela siempre lo ha cocinado de esta manera, siempre corte al final. Creo que es mejor preguntarle a la abuela para saber por qué.."

Sin perder tiempo y tratando de desentrañar el misterio del jamón cocido, Marìa llama y le pregunta a su abuela:

- "Abuela, ¿por qué siempre se corta la punta del jamón antes de cocinar?"

La abuela, sorprendida por la pregunta obvia, responde:

- "Porque mi horno es muy pequeño, y el jamón no cabe entero!"

EL VALOR MAS ALTO


El dueño de una joyería se encontraba detrás del mostrador mirando distraídamente hacia la calle. En un momento se abrió la puerta y entró en el local una chiquilla que se acercó apretando su cara contra el vidrio de la vitrina donde se encontraban las diversas joyas y collares. Sus ojos se iluminaron al ver cierta cosa.

- “¿Me podría enseñar ese collar azul, por favor?”, le dijo al joyero.

- “¿El de color turquesa?”, preguntó éste.

- “Sí, señor, el mismo. Es un regalo para mi hermana. ¿Me podría hacer un envoltorio bien lindo?”

- “¿Cuánto dinero tienes, pequeña?”, le indagó el joyero.

Rápidamente la niña sacó de su bolsillo, un pañuelito todo atado y fue desatando los nudos. Colocó todas las monedas que tenía sobre el mostrador y feliz, dijo:

- “Es cierto que es mucho dinero. Todo esto es lo que he venido ahorrando. Con ellos deseo hacerle un regalo muy especial a mi hermana ya que desde el momento en que mi madre murió ella se ha hecho cargo de mí y de mis hermanos, siempre nos cuida y nunca se queja. Este collar tiene el color de sus ojos.”

El dueño de la joyería tomó el collar delicadamente, lo colocó en una pequeña caja y lo envolvió con mucho agrado haciendo un hermoso moño para terminar su paquete.

- “Aquí tienes niña. Llévalo con cuidado y que tu hermana sea muy feliz.”

La pequeña se fue muy contenta, saltando calle abajo. No había terminado el día cuando una bella muchachita de cabellos rizados y unos bonitos ojos azules, entró en la joyería. Puso sobre el mostrador la caja con el collar y preguntó:

- “¿Este collar fue adquirido aquí?”

- “Sí, señorita.”

- “¿Me puede decir cuánto costó?”

- “Ah, señorita”, dijo el joyero, “el precio de cualquier producto de mi negocio es un tema confidencial entre vendedor y cliente.”

- “Pero señor”, siguió la joven, “mi hermana no poseía dinero para comprar este collar. Porque este collar es verdadero ¿verdad?”

El joyero tomó el estuche y volvió a envolverlo, con gran cuidado, y se lo devolvió a la joven:

- “Señorita”, dijo, “su pequeña hermana ha pagado por este collar el precio más alto que cualquier persona puede pagar: dio todo lo que tenía.”

El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas cayeron por la cara emocionada de la jovencita, a la vez que una sonrisa iluminaba su rostro. Dando las gracias, sus manos tomaron el paquete con el collar por el que su hermana había dado todo lo que tenía y partió muy feliz hacia su casa.