Sopa de piedras


Sopa de piedras

Sopa de piedras. En la edad media llega  a un pequeño pueblo un hombre hambriento, y cansado después de un largo viaje.

Caminó  las dos cuadras que conformaban el pueblo sin encontrar en donde comer o quien le ofreciera algo para cenar.

Nadie quería compartir comida con el extraño.

Este manteniendo su entusiasmo, se ubicó en lugar en la calle en donde lo veían la mayoría de los pobladores. Sopa de piedras

Tomó unos trozos de leña y como si hiciera un ritual armó una fogata, dejó que el fuego prendiera con vigor y se dirigió a la casa más cercana, en la que en la ventana una señora de mediana edad curiosa observaba al viajero.

Buenas señora - le dijo el hombre a la señora  - yo no vengo a pedir comida, vengo a compartir.

¡Además le enseñaré a quien quiera a cocinar la más deliciosa sopa de piedras que nadie nunca haya comido!

¿Sopa de piedras? respondió la señora , entre aséptica e interesada -  ¿Cómo es eso ?

Bueno todo lo que necesito es una olla y un poco de agua -  Le dijo el viajero-

La señora le entregó lo que pedía, el hombre agradeció y caminó hacia su hoguera que continuaba ardiendo y puso la olla y el agua sobre el fuego.

Venga señora le mostraré algo que no olvidará - dijo el hombre con entusiasmo, y buscó cuatro piedras que eligió entre varias, las miró de nuevo como si buscara algo en especial. Sopa de piedras

Sacó un poco de agua de la olla, lavó las piedras, las miró de nuevo una a una y las puso con cuidado dentro de la olla.

Esto, ante la mirada atónita no solo de la dueña de la olla sino de otros vecinos que se fueron reuniendo en torno al fuego.

¿Quieres compartir de mi sopa de piedras? -  Le dijo el viajero a uno de los curiosos.

- Entonces no te quedes ahí mirando y  trae una cebolla -

Y tú - Le dijo a otro - Si no quieres perderte de esta delicia trae un poco de carne.

Y tú - señaló a otra mujer, trae unas papas.

Así que cada uno fue trayendo lo que tenía o le habían pedido.

Al poco tiempo todos comenzaron a conversar entusiastas entre sí  y pronto el olor de una deliciosa sopa alegró las narices y luego los paladares de todos  que disfrutaron no solo la sopa de piedras, sino la receta para compartir y crear un equipo donde todos parecían apáticos.

Poco después el viajero partió discreto al siguiente pueblo…

Lo que no puede hacer una sola persona, lo pueden fácilmente hacer varios.

El trabajo en equipo no depende de los demás, depende de tu actitud para trabajar y crear equipo con otros, con quien en vez de quejarte podrías construir más equipo.


Sopa de piedras

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