Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer afro-americana, de edad avanzada estaba parada en el hombrillo de una autopista de Alabama, tratando de soportar una fuerte tormenta. Su vehículo se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevaran.
Toda mojada, ella decidió detener el próximo vehículo que se aproximara. Un joven blanco se detuvo a ayudarla, a pesar de todo los conflictos que habían ocurrido durante los 60.
El joven la llevó a un lugar seguro, la ayudó a obtener asistencia y la puso en un taxi.
Ella parecía estar bastante apurada. Ella anotó la dirección del joven, le agradeció enormemente y se fue.
Siete días pasaron, cuando tocaron la puerta de su casa. Para su sorpresa, un televisor pantalla gigante a color le fue entregado por correo a su casa. Tenía una nota especial adjunta al paquete. Esta decía: Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no solo mi ropa sino mi espíritu. Entonces apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente.
Sinceramente, La Señora de Nat King Cole.
2 comentarios:
Hola Gustavo
Hoy estoy de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, amigos para aprender y compartir. He venido a invitarte con especial motivo para que me acompañes esta semana en que dedico a la lectura de las letras Argentinas. Espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí. Espero tu visita en mi Casa der los Cuentos, tus opiniones y comentarios. Saludos desde Mérida, Venezuela. Jabier.
He auxiliado a bastante gente a lo largo de mi vida. Despues por motivos de seguridad y de mi propio desamparo, he pasado...Pero en mi mente no estan las gentes a las que ampare, sino a la que deje de amparar.
Antonio-57
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