Valor de persistencia
Valor
de persistencia. María de los Ángeles servía el café a
los ejecutivos y limpiaba las oficinas de una empresa, saludaba a cada persona
de la oficina cada día, como si fuera su hijo más querido a quien se encontrara
después de un tiempo.
Reconozco que al comienzo me sentí un poco incómodo
con ella, sentí como si su calidez fuera demasiado, en realidad no lo era, solo
que contrastaba con la forma social y calculada con la que todos nos saludábamos
en la oficina.
María de los Ángeles me hacía sentir especial, aunque
yo sabía, que ella era así con toda la gente. Valor de persistencia
Ella era una persona muy sencilla, que apenas había
terminado sus estudios de primaria, no obstante hoy después de muchos años la
recuerdo como alguien de quien aprendí mucho.
Yo era uno de los ejecutivos de esa empresa y recuerdo un día en el que María de los Ángeles
me contó que quería hacer un curso técnico que ofrecía el gobierno, para el que
necesitaba unos requisitos, que no estaba claro si ella cumplía.
Por esto ella requería la autorización de un
funcionario medio del gobierno local, que no era fácil de lograr, pues no solo
había más candidatos que cupos para ese curso, sino que la influencia política con
la que María de los Ángeles no contaba era un factor muy importante.
Después alguien me contó cómo María de los Ángeles pidió
cita con el funcionario quien la recibió con frialdad y comenzó diciéndole que
ella no cumplía las condiciones. Valor de persistencia
María de los Ángeles había tenido el cuidado de
preguntar antes de entrar el nombre del funcionario y durante toda la
entrevista se refirió a él con el respetuoso y cálido, señor García..., Si
señor García..., Usted sabe como es señor García..., dígame lo que tengo que
hacer señor García..., Yo se que usted hará lo mejor posible señor García... y desde ya se lo agradezco señor García...
Al final de la primera entrevista la cosa no parecía
nada prometedora para María de los Ángeles, el señor García casi por quitársela
de encima le dijo que, miraría si algo se podía hacer que tenía que esperar, así
que María de los Ángeles pidió 8 días de vacaciones de su trabajo. Valor de Persistencia
Al día siguiente se paro frente de la oficina del señor
García, quien al llegar le dijo a María de
los Ángeles, que aún no había decidido lo de ella, que tenía que esperar, a lo
que María de los Ángeles respondió con su calidez habitual
- No
importa señor García, yo espero, haga de
cuenta que no estoy aquí-
Al medio día al salir para su almuerzo el señor García
se encontró de nuevo con María de los Ángeles y ella lo saludo con una sonrisa
discreta desde el otro lado del pasillo.
En el mismo lugar, la encontró el señor García al
llegar de Almorzar. Valor de persistencia
Cuando llegó al día siguiente, la encontró allí de
nuevo, el señor García se le acercó y le dijo con un tono enfático a María de
los Ángeles:
- Señora,
ya le dije que eso se demora, venga en
unos días,
María de los Ángeles respondió con toda la paciencia:
- Tranquilo señor García yo no quiero molestarlo, ni me diga nada, hasta cuando no tenga usted una respuesta, pero
para mí eso es muy importante y yo puedo esperar aquí tranquilita, haga de
cuenta que soy invisible señor García..
Este ritual se repitió día por día, María de los Ángeles
en estos días no pidió hablar con él, ni lo saludo a menos que él lo hiciera, ni
le hizo mala cara, ella esperó con su rostro cálido y su sonrisa serena. Valor de persistencia
Solo pasaron cuatro días para que el señor García aceptara
a María de los Ángeles en el curso y se rindiera a ese dulce fantasma que le
enseñó el valor de la persistencia.
Amigo/a,
cuando has buscado lo que quieres con determinación, has encontrado los mejores
caminos, por encima de tu ego y de tus miedos.
Cuando
quieres tu sabes cómo hacerlo...
Valor de persistencia
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